Las pequeñas tiendas de barrios, las de toda la vida, no escapan a la mala situación económica por la que atraviesa nuestro país. Peluquerías, panaderías, ferreterías, fruterías, pequeñas tiendas de ropa, papelerías, inmobiliarias así hasta completar una lista bastante abundante en cuanto a géneros, son negocios en los cuales no resulta difícil ver algún cartel donde se pueda leer “se traspasa”. El descenso del consumo, uno de los grandes dramas de esta crisis, está haciendo estragos en los pequeños comercios y en el día a día de sus propietarios
En el año 2008, el primer año de la actual crisis económica, según datos del INE (Instituto Nacional de Estadística) se perdieron un total de 12.301 comercios. En el año siguiente, el año quizás más duro de la crisis, unos 40.000 comercios se vieron obligados a cerrar debido a las malas ventas. Es decir, en estos dos años, la crisis ha devorado un total de 52.000 comercios, un sector donde cada día a sus propietarios les cuesta más sacar algún tipo de beneficio de sus negocios.
María del Mar Ruíz, una de las afectadas por la mala situación económica, es propietaria de una tienda de ropa y de moda en el barrio sevillano de Triana, y lleva algo más de 10 años en su negocio. Asegura que el año pasado le fue bastante difícil mantener su negocio, pero afirma que este año no se avecina mucho mejor, “Hay mucha menos venta, la crisis se nota siempre, y más ahora, los pequeños comercios llevamos ya dos años pasándolo bastante mal”. En cuanto a las ayudas que reciben los pequeños comercios, María del Mar, esboza una sonrisa en la que se palpa gran dosis de ironía, “El pequeño comercio no tiene ayuda ninguna, a lo mejor los comercios que sean más grandes puede que tengan algún tipo de ayuda, no sabría que decirte, pero vamos lo que es los comercios pequeños no tiene ningún tipo de ayuda, precisamente por eso se está cerrando tanto comercio pequeño, hay que pagar mucho y no nos da para tanto”.
Una encuesta de la CEC (Confederación Española del Comercio), revela que los comerciantes que apuestan por seguir adelante con su negocio, no han tenido más remedio que llevar a cabo duros recortes. Así, el 70 % ha tenido que bajar los precios de sus productos, al menos el 10 % ha tenido que reducir plantilla y aproximadamente el 60% ha tenido que rebajar sus gastos.
Francisco Hernández, es uno de los ejemplos de estos datos, panadero de profesión, abrió su primera panadería en Sevilla en el barrio del Arenal, para luego trasladarse al famoso barrio sevillano de la Macarena, “no solo he tenido que bajar los precios de lo que vendo en mi tienda, sino que además hay veces en que los vendo al mismo precio que lo compro, ya que para mí lo primordial es seguir teniendo la clientela, para ello siempre trato de hacer promociones”, asegura tras el mostrador de su tienda.
Otras de las medidas que se han estilado en los pequeños comercios para tratar de hacer un regate a la actual situación, ha sido la de saltarse las merecidas vacaciones. Después de dos años caracterizados por la caída de las ventas, los propietarios han optado por no huir de la monotonía y mantenerse al pie del cañón. “La verdad es que no me puedo permitir cerrar en verano”, “a todos nos gusta cogernos nuestras vacaciones, pero en este tipo de negocios, un día de trabajo puede solucionarnos bastante”, “ llevo un año de espanto, si quiero seguir viviendo de mi negocio tengo que abrir en verano, no me queda otra”, estas justificaciones son las que más se repiten en las bocas de los pequeños comerciantes, los cuales deciden abandonar la tentación de unas merecidas vacaciones, con tal de engordar un poco más su caja y seguir adelante con su negocio.
Entre los negocios más afectados se encuentran so aquellos que se dedican al mobiliario y a la decoración, el textil del hogar y las ropas de ropa y calzado así como la automoción y el de electrodomésticos, un sector que en antes se dedicaba a equipar pisos completos y donde ahora el consumidor solo busca sustituir unas piezas por otras, y es que el consumidor ya no compra por capricho, y cuando compra lo hace agotando la posible reparación del viejo aparato, lo que comporta un importante auge en los servicios técnicos. “Se nota que los clientes vienen cuando algo se estropea y también notamos mucho lo que es una instalación completa de una casa, antes hacíamos bastantes equipamientos enteros, pero ahora mismo solo nos salen una o dos al mes, tres como mucho”, afirma una encargada de una tienda de electrodomésticos.
Pero lo cierto es que la crisis económica afecta a todos los sectores del pequeño comercio. Las ventas del comercio minorista registran por tercer mes consecutivo signo negativo. Sólo las grandes cadenas presentaron tasas positivas, aunque incrementaron sus ventas tan solo un 0,6 %. En las empresas unilocalizadas, las ventas bajaron un 3,3%, mientras que en las pequeñas cadenas lo hicieron en un 6,5%.
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