
A lo largo de la historia, Estados Unidos ha tomado muchas decisiones que han marcado la historia, la economía e incluso la política de muchos países. Pero hace dos años, los estadounidenses tomaron la decisión más importante de su historia al elegir al Presidente actual, Barack Obama, presidente que venía con ideas muy profundas como la reforma que pretendía en el Sistema Sanitario del país. El pasado martes, los estadounidenses volvieron a marcar otro punto histórico en su libro personal, y castigaron en las elecciones a su Presidente. En la Cámara de Representantes, los demócratas han pasado de 255 escaños a 185, mientras los republicanos se han beneficiado pasando de 178 a 239 escaños.
Pero más allá de las cifras, las cuales son más que evidentes del cambio político que piden los ciudadanos estadounidenses en su país, cabe realizar otro análisis. En lo que a política se refiere, la primera potencia del mundo es una país muy dividido, para ello no hay más que echar la vista atrás y recordar las elecciones donde compitieron George Bush y Al Gore en el años 2000, donde hubo un gran empate técnico. Pues bien, el pasado martes, estados liberales como Nueva York o California, volvieron a apoyar a Obama. Mientras algunos ven como la oportunidad de que Estados Unidos vuelva a ser un país “grande” en el Tea Party, otros norteamericanos apuestan por mantener la cordura social y política. Estos que apuestan por la cordura, son los mismos que se manifestaron en contra de la Guerra de Irak Nueva York.
Todo el mundo dice que el pasado martes se castigó al Gobierno de Obama. Sinceramente no sé si sería capaz de interpretar así esas elecciones. Quizás la sociedad norteamericana tiene miedo a un presidente que promete cosas y que luego trata de cumplirlas o quizás es simplemente una sociedad que quiere seguir aferrándose a la idea de que el tiempo no pasa para ellos, que el futuro nunca llegará porque ellos ya viven en el futuro y que cualquier cambio en lo ya existente son obras del mismísimo diablo comunista; solo un comunista se atrevería a cambiar su preciado sistema sanitario. Con todo esto, podemos cuanto menos pensar, que el Tea Party tiene su “boom” en dos posibles orígenes, o bien la sociedad norteamericana ha perdido la cordura o bien tienen miedo a los cambios políticos y sociales.
Sin duda, lo más relevante de todo esto, es que con la aparición del Tea Party, algo está cambiando en la política de EE.UU.
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